martes, 20 de enero de 2015

CUENTOS PARA TRATAR EL DUELO INFANTIL

AQUÍ TENÉIS UNA SELECCIÓN DE CUENTOS PARA DIFERENTES EDADES PARA TRATAR EL TEMA DEL DUELO INFANTIL. NORMALMENTE EN LAS BIBLIOTECAS SUELEN TENER ALGUNOS Y SI PREGUNTÁIS OS PUEDEN ACONSEJAR.






jueves, 8 de enero de 2015

DUELO INFANTIL

OS DEJO AQUÍ UN ARTÍCULO MUY INTERESANTE SOBRE ESTE PROCESO POR EL QUE TODOS PASAMOS CON UN SER QUERIDO MÁS O MENOS PRÓXIMO Y/O FAMILIAR Y, EN EL CASO DE LOS NIÑOS, NO SABEMOS MUY BIEN CÓMO AFRONTAR ESTE MOMENTO, QUÉ RESPONDER, CÓMO ACTUAR. DEPENDE EN GRAN MEDIDA DE LA EDAD DEL NIÑO, DE NUESTRO MOMENTO EMOCIONAL Y OTROS FACTORES. AL FINAL DEL MISMO HAY UN ENLACE CON UN ARCHIVO PDF QUE NOS PODEMOS DESCARGAR CON ORIENTACIONES PARA CADA ETAPA EVOLUTIVA.



El duelo infantil

Publicamos este interesante artículo de Rebeca Recio Berlanas, psicóloga de Psycos, sobre el Duelo Infantil.

EL DUELO EN LOS NIÑOS

La muerte de un ser querido, forma parte de nuestras vidas independientemente de la edad que tengamos.  Muchos niños sufren la pérdida de sus abuelos, tíos u otros familiares más cercanos como padres o hermanos. También el cambio de casa, colegio, muerte de una mascota o separación de los padres son situaciones de duelo para los más pequeños.
Los adultos, ya sean padres, familiares o profesores, no pueden proteger a los menores de las pérdidas, ni evitar el dolor que los niños sienten, pero si pueden ayudar a los pequeños a vivir el duelo de una manera más adecuada.

 
Para cualquier persona, la perdida de un ser querido, es una situación difícil, pero para los niños lo es especialmente. Los niños, son seres dependientes, que va adquiriendo capacidades de forma progresiva, y durante los primeros años de vida, necesitan a los adultos para sobrevivir (no pueden alimentarse por si mismos, protegerse de los peligros, etc.). Por lo que para ellos la perdida de una figura cercana es una pérdida a nivel vincular, afectiva, de cuidados, de una fuente de protección, seguridad, etc. Además según la edad del menor, debido a que su desarrollo cognitivo-afectivo no es completo, va a tener dificultades para entender lo sucedido.

¿Cómo podemos ayudarles?
  • Los niños necesitan comprender ¿Qué es la muerte? Necesitan tener información concisa y apropiada para su edad, los papás en ocasiones tienen miedo a explicárselo, no quieren hacerles daño, ni darles másinformación de la que pueden comprender. Para asegurarnos de que la información que damos es la adecuada, debemos partir de ¿Qué saben? Además, los niñonecesitan sentir que pueden preguntar tantas veces como necesiten los diferentes aspectos que les preocupan o generan curiosidad, con el fin de completar el proceso de entendimiento de un suceso tan complejo como la muerte.
Algunos conceptos necesarios para la comprensión de la muerte son: entenderla como un hecho irreversible, inevitable y universal. Pero debido al progresivo desarrollo de las capacidades cognitivas, aunque los niños pueden expresar emociones sobre lo sucedido, dependiendo de la edad, no siempre entienden realmente lo que significa la muerte.
Hasta los 5 años de edad la concepción sobre la muerte es muy limitada, ya que es a esta edad a la que el niño adquiere una diferencia clara entre separación temporal y separación definitiva.
A los 9 años los niños adquieren las nociones de irreversibilidad, insensibilidad (post-mortem) y universalidad.
  • Los niños pueden presentar diferentes formas de expresar las emociones derivadas de la pérdida.Pueden expresar la tristeza llorando, manifestar la rabia e injusticia a través de comportamientos inadecuados como peleas, malas contestacionesetc., pueden somatizar las emociones en forma de dolores físicos, puedentener retrocesos en aprendizajes adquiridos hace tiempo (control de esfínteres, etc.).
Junto al dolor, los  pequeños pueden expresar otras emociones como temor a que ellos u otras personas queridas puedan fallecer o enfermar, culpa por los comportamientos inadecuados o escasas muestras de afecto que tuvieron con la persona antes de fallecer, etc.

Llorar cuando alguien importante para nosotros se ha marchado, es una reacción normal y muy sana. Pero ante ello, los adultos podemos sentirnos incómodos por no saber como reaccionar o porque no queremos que sufran. La mejor manera de ayudarles es generar un espacio para la expresión de estas emociones, que necesitan ser expresadas . La pérdida es dolorosa también para los niños, no hay consuelo o solución posible, pero si las personas a las que queremos nos acompañan, estando presentes y mostrándose afectuosos y disponibles, será un poco más fácil el proceso.
Es de gran ayuda poder hablar sobre lo sucedido, sobre como se sienten, que cosas echan de menos, etc.
Si notamos que les cuesta expresar lo que sienten, no debemos presionarles, podemos ayudarles con nuestro ejemplo. Así ellos sabrán que cuando lo necesiten y estén preparados, podrán compartir sus sentimientos con nosotros.

  • Para los niños es positivo que les ofrezcamos la posibilidad de despedirse de la persona fallecidaasistiendo al funeral u otros rituales. En ocasiones intentamos evitar que el niño sufra dejándole al margen,pero lo que le produce dolor al niño no es el funeral, si no la pérdida. Los rituales de despedida tienen la funciónde que las personas allegadas al fallecido puedan compartir la pena y permiten despedirse de la persona querida. Por lo que impidiendo que el niño asista a estos eventos, no sólo no evitamos el dolor que siente, si no que impedimos que se despida y comparta su tristeza con el resto de familiares.                      Es importante poder prepararles para ello explicándoles en que consiste, las posibles reacciones de la gente, etc. Esto les permitirá tener un mayor control de la situación y por tanto sentirse más seguros.
También se les puede ofrecer crear con ellos un ritual de despedida personal en el que ellos puedan decir adiós a la persona amada a su manera.

Una vez concluidos los rituales, es necesario que transmitamos a los niños la importancia de retomar las rutinas y volver a jugar y reírse. Para que los menores puedan retomar su vida, sin sentir que por ello olvidan a la persona fallecida, necesitan que los adultos de referencia actúen como modelo. A pesar de la desorientación y tristeza propias del duelo la familia necesita retomar su vida. Para ello pueden pedir apoyo a familiares o amigos, que les ayuden hasta que pueda reestructurar la cotidianidad.
Pudiendo establecer momentos, formas o lugares de recordar a la persona querida.


  • Los profesores también pueden ayudar en estas situaciones, pudiendo trabajar con el resto de la clase lo que significa la muerte y las formas más adecuadas de recibir al pequeño.

¿Cuándo es necesaria la intervención de un profesional?
En ocasiones el proceso de duelo se complica, haciendo necesaria la intervención de un profesional que pueda ayudar al niño en la elaboración de la pérdida. Algunos indicadores del duelo patológico son:

  • Tristeza severa que limita el interés del menor en las actividades diarias
  • El niño presenta dificultades para dormir, comer o estar solo.
  • Regresión a comportamientos propios de un niño más pequeño
  • Imitación de la persona fallecida
  • Deseos de irse con la persona fallecida
  • Pérdida del interés en los amigos o el juego
  • Negativa a asistir a la escuela o descenso  intenso y persistente  de las notas.
La problemática aparece cuando estas conductas persisten en el tiempo, produciéndose un incremento de las mismas en intensidad o frecuencia.
Los niños necesitan que los adultos les acompañemos en la elaboración de su duelo, proporcionándoles contención, escucha y afecto .
Rebeca Recio Berlanas.



guia de duelo infantil

TALLERES DE NAVIDAD

lunes, 5 de enero de 2015

Mamá también llora. Carta abierta a padres y educadores.

 amá también llora. Carta abierta a padres y educadores.

SIN ENTRAR EN OPINIONES, AQUÍ OS DEJO CON ESTE ARTÍCULO SIEMPRE ESPERANDO QUE OS SEA DE AYUDA.

Mamá también llora. Carta

abierta a padres y educadores.

 - 


- Mamá, ¿Qué te pasa? ¿Estás llorando?
- No, cariño, es que se me ha metido una motita de polvo en el ojo…
Vivimos en un mundo en el que, ser los primeros, es lo más importante. Examinan a nuestros hijos continuamente y ellos sólo buscan el sobresaliente. Se les prepara para afrontar el éxito, para celebrar los triunfos. Se les repite hasta la saciedad: “No llores. Tienes que ser fuerte. ¡Eres el mejor!”
Hace unos días, me echaba las manos a la cabeza cuando una amiga me comentaba que en el colegio de su hijo hacían olimpiadas de matemáticas con cronómetro en mano y frente a un tribunal; olimpiadas de ciencias, olimpiadas de deletrear y todo ello con niños de apenas 7-8 años. ¿Pero estamos locos o qué?
Por supuesto, el único ganador era el primero…los 25 niños restantes de la clase se veían como perdedores.
¿Qué está pasando? Invertimos años en preparar a nuestros hijos para el éxito y no nos damos cuenta que la vida está llena fracasos, de decepciones, de pequeños y de grandes obstáculos, de momentos de tristeza, de duelo, de soledad. ¿Y eso es signo de debilidad de la especie humana? No; es la vida.
¿De verdad pensáis que los niños de hoy en día están preparados para afrontar dificultades?¿Es casualidad que pediatras, psicólogos y psiquiatras infantiles cada vez tengamos más casos de depresión infantil y de ansiedad? ¿En qué cabeza cabe que un niño de 9 años se le diagnostique de Depresión o de Trastorno de Ansiedad Generalizada teniéndolo todo, supuestamente, a su alcance? Es evidente que algo no estamos haciendo bien.
Con perdón, me importa un pimiento que mi hijo sea el más rápido en cálculo mental. Lo que no consiento es que se venga abajo por ser el segundo, el tercero o incluso, porque no haya sido seleccionado entre los 10 primeros.
Lo que de verdad me importa, lo que me quita el sueño, en lo que invierto toda mi energía y esfuerzo, es en desarrollar su inteligencia emocional.
Lucho por que sea generoso, porque la empatía sea su  punto fuerte. Me desvivo porque muestre sus emociones, porque me hable de sus debilidades, porque él mismo, encuentre soluciones a sus problemas. Peleo a diario por hacer de ellos personas autosuficientes emocionalmente. No pasa nada por no ser el primero de clase si te has esforzado al máximo.
Premio el esfuerzo, la entrega, la generosidad, la lealtad, la lucha y la solidaridad. Esos son los valores vitales, los valores de vida.
¿Quién les prepara para el fracaso, para la decepción, para el desengaño? ¿Lo habéis pensado alguna vez?
La sociedad recibe con los brazos abiertos a los triunfadores, les prepara para los aplausos.Yo prefiero preparar a mis hijos para las dificultades; fortalecer su autoestima, su capacidad resolutiva, su positivismo, su espíritu de lucha. ¿Por qué valoramos tanto el éxito? Porque antes hemos pasado por un camino más o menos angosto de lucha ¿o no?
No somos máquinas. Nosotros, los padres, no lo somos, lo sabéis muy bien. No pretendas entonces que tu hijo lo sea.
No quiero que mis hijos piensen que su madre es una superwoman, siempre preparada, siempre lista para todo, siempre cantarina y perfecta. ¿Ese es el ejemplo que quiero que sigan? Y si con el paso de los años van encontrando dificultades a lo largo de sus vidas ¿Qué pensarán? “Yo no he sido capaz… Mamá se decepcionaría…No puedo mostrar debilidad. Mi madre siempre ha sido tan fuerte”
Bueno, hijos- les he dicho a mis niños en alguna ocasión- Mamá no es perfecta. Mamá también se equivoca y cuando lo hace, rectifica y pide perdón. Mamá, como todo el mundo, llora cuando está triste. Esto que ves, no es una motita de polvo en el ojo; son lágrimas, cariño”
Quiero que mis hijos vean que su madre es de carne y hueso. Que no se avergüenza por llorar o por estar un poquito triste en circunstancias puntuales, que no se esconde.
Quiero que lo vivan como algo natural… porque cuando a ellos les ocurra se acordarán de mí y lo asumirán como normal. Aceptarán su estado de ánimo y sacarán la fuerza necesaria para superar todo lo que obstaculice el camino hacia su felicidad.
Los hijos no necesitan súper-padres, ni dioses; les da igual que su papá sea médico, abogado, camarero o que esté en el paro. Los hijos quieren un padre y una madre que estén a su lado, que jueguen con ellos, que les expliquen las cosas, que les cuenten historias…que hablen su mismo lenguaje. No quieren que les colmemos de regalos materiales; es mucho más sencillo: sólo quieren tiempo junto a nosotros.
Los niños deben vernos como seres humanos, no como superhéroes, para eso ya tienen las películas. Si te equivocas con tu hijo, no pasa nada, pídele perdón:“Perdona cariño, me he equivocado. ¿Me perdonas? ¿Empezamos de nuevo?”
¿Sabes lo que supone para un hijo que sea el padre o la madre el que le diga eso? No hay mejor ejemplo.
No le des tantas órdenes a tu hijo, no le llenes de reglas. Empieza tú. Elogia su buena conducta con besos, con abrazos, con mucho, mucho cariño. No le premies con excesivos juguetes. Si se ha equivocado, dale la oportunidad de rectificar “Yo también me equivoco, cielo. Vamos a intentarlo de nuevo”.
Enseña a tus hijos a disfrutar de los placeres sencillos, en ellos está la verdadera felicidad. Suelo jugar a mis hijos a un juego que les divierte mucho en la mesa. “Que suerte tengo..”- lo he llamado.
Empiezo yo: “Que suerte tengo que hoy no trabajo y estoy aquí con vosotros desayunando”.
Mi hijo: “Que suerte tengo que mamá hoy me viene a buscar al cole y no cogeré el autobús”.
Mi hija: “Que suerte tengo que me ha tocado la tostada más grande”… Siempre terminamos riéndonos a carcajadas.
Cuéntales historias. Historias reales, de tu trabajo, de tu día a día. Estimula su imaginación, su creatividad, su empatía… Emociónate con ellos. Comparte aquellos vídeos que veas por internet que te hayan llegado hondo. Explícaselos y responde a todas sus preguntas. ¡Te sorprenderás con lo que se les ocurre!
Anímales a que sean emprendedores. A que no tengan miedo a equivocarse, sino a no intentarlo. A rectificar si van por el camino equivocado. A levantarse ellos solos si se caen. A pedir perdón y a aceptarlo también. Contra la frustración: la perseverancia, la constancia.
Y recuerda que educar no es repetir siempre las mismas palabras; educar es enseñarles a soñar, a probar, a crear, a luchar y a creer en ellos mismos.

NOS DIVERTIMOS Y CRECEMOS "HACIENDO" EN NAVIDAD

NO HACE FALTA MÁS QUE VERLES; EL INTERÉS, ENTUSIASMO, FELICIDAD Y ENERGÍA QUE LE PONEN CUANDO ·HACEN· Y NO SE LES DA HECHO. HAN ELABORADO EL BELÉN, PARTICIPADO EN LA EXPOSICIÓN DE FIGURAS NAVIDEÑAS, DECORACIÓN DE LA FESTIVIDAD,ESCRITO LA CARTA A LOS REYES MAGOS ETC. ASÍ QUEREMOS SEGUIR CRECIENDO.

18 regalos excelentes para niños que ni siquiera son juguetes

OTRO ARTÍCULO INTERESANTE PARA ESTAS FECHAS CON IDEAS, ALTERNATIVAS...TENIENDO EN CUENTA LA EDAD DE LOS NIÑOS PUES CON 3 AÑOS HAY QUE VIVIR EL MOMENTO PRESENTE CON ELLOS, NO ENTIENDEN MUY BIEN EL CONCEPTO TEMPORAL DE MAÑANA HAREMOS TAL COSA O TAL OTRA AUNQUE LO VAN INTERIORIZANDO POCO A POCO A TRAVÉS DE LOS RITMOS DEL DÍA, CON LAS FIESTAS DEL AÑO COMO ÉSTA, ETC. PERO ALGUNAS DE ESTAS IDEAS NOS PUEDEN SERVIR A LA HORA DE EDUCAR AL NIÑO EN EL "NO MATERIALISMO" Y APROVECHAR EL TIEMPO QUE TENEMOS PARA ESTAR CON ELLOS Y VIAJAR, COCINAR, ELABORAR UNA MANUALIDAD, BAILAR, CENAR, CONTARLES UN CUENTO... PUES ESO TAMBIÉN SON REGALOS Y DE LOS MÁS VALIOSOS.

Todos los que tenemos niños también tenemos cientos de juguetes desperdigados por la casa. E independientemente de lo estrictos que seáis con estas cosas, parece ser una lucha constante. Sobre todo cuando llegan fechas especiales y nos gusta, tanto a padres como a abuelos, hacer regalos a los niños. ¡Los regalos son buenos! Pero los excesos nunca lo son. Para combatirlo, recomiendo pasar a hacer regalos que no sean juguetes.

Regalos para niños que no son juguetes 

 1. Clases. De música, de baile, de montar a caballo, de dibujo... Las clases son una forma genial para estimular el interés de los niños y hacerles saber que prestas atención a sus cosas.
 2. Tarjetas de socio. Del zoo, del museo... ¡Es un regalo familiar perfecto! Muchas familias jóvenes hacen pequeñas excursiones de este tipo cada semana, pero su precio es bastante considerable, así que las tarjetas de socio anuales pueden ser muy útiles.
 3. Suscripciones. A los niños les encanta recibir cartas en el buzón. ¿Por qué no animarles a la lectura suscribiéndoles a una revista de algún tema que les interese?
 4. Espectáculos. Las entradas para ir al cine, a una obra, a un concierto o a un evento deportivo son geniales. Y el hecho de tener que esperar para ir a verlo resulta aún más divertido para los niños.
 5. Actividades. Minigolf, bolos o pista de patinaje. ¡Les encanta! Y además, se divierte toda la familia. A los niños les gusta pasar tiempo con los adultos; les gusta ver que disfrutáis estando con ellos.
 6. Recetas e ingredientes. A los niños les encanta cocinar con papá y mamá. Preparar algo especial o ayudar a hacer la cena es un momento ideal para pasar tiempo juntos y para que aprendan nuevas habilidades. Puedes imprimir la receta, comprar los ingredientes y planear una fecha para cocinar juntos.
 7. Día de manualidades. A nuestra hija le encantan. Y a mí también. Disfruto mucho de ese lado creativo, pero apenas saco tiempo para hacerlo juntas. Esos días de manualidades lo son todo para nuestra original niña. Pon en una cesta los materiales y compra un libro que sirva de inspiración.
 8. Materiales de plástica y manualidades. Si la caja de manualidades anda escasa, haz acopio de lo que necesites. Y añade algo divertido que los niños no hayan utilizado nunca. Un regalo así estimula la imaginación y, en cuanto se lo des, querrán ponerse manos a la obra.
9. Cupones. Un sobre con vales que pueden gastar en cualquier momento. Por ejemplo: Te ayudo con la tarea; Noche de peli y palomitas (tú eliges la película); juego de cartas o baloncesto (según los gustos del niño); leer un libro juntos; Ir a la cama media hora más tarde.
 10. Tarjeta de regalo en un restaurante. Cena, helado, batido, dulce... Lo que más les guste. Les das la libertad de invitar a quien quieran: puede ser mamá o papá, o un abuelo, un tío o incluso un profesor.
 11. Disfraces. Tiene que ser algo limitado, pero dos disfraces y un par de telas de colores pueden traer horas y horas de diversión.
 12. Libros. Solemos coger un montón de la biblioteca, pero hay algunos que no se encuentran ahí o que no nos da tiempo a leer en el plazo dado.
 13. Ropa. Si no tienen demasiada, disfrutan cuando se la regalas. Trata de comprar algo que encaje con su estilo. Esto es, ropa del oeste, de superhéroes, disfraces, etc.
 14. Snacks. Si es comilón, le encantará. Algún dulce casero o unas chucherías siempre funcionan bien.
 15. Materiales de excursión. Si os gusta pasar tiempo al aire libre, podéis comprar a vuestros hijos su propia caña de pescar, por ejemplo, o herramientas de jardinería. Es algo que siempre podrás guardar en la estantería del garaje, por si acaso.
 16. Expresar el tiempo. Muchos niños de hoy en día no saben leer la hora en analógico o les cuesta mucho pensarla, así que buscan un reloj digital. Pero si les compras uno tradicional, querrán descifrarlo y aprenderán antes. Además, les hará mucha ilusión.
 17. Juegos y puzles. Los juegos y los puzles son perfectos cuando los niños tienen que pasar tiempo dentro de casa. Está bien que tengan algún momento tranquilo durante el día. Sentarse a hacer un puzle contribuye al desarrollo del cerebro y de la capacidad de resolución de problemas. Hay juegos muy educativos. Mis hijos cuentan que aprobaron Geografía gracias a que jugábamos al Risk cuando eran pequeños. El Monopoly, por ejemplo, está muy bien para ejercitar y reforzar las destrezas matemáticas. Los juegos de memoria funcionan genial con los más pequeños.
 18. Calendario. A muchos niños les gusta saber qué ocurre, qué día es, cuántos días quedan para algo. Estos niños son los que quieren saber cuál es el plan del día, en qué orden van a suceder las cosas, a qué hora van a llegar los amigos, etc. Luchan contra la improvisación y puede resultar frustrante si eres un padre espontáneo. Pero, ¡es un motivo de celebración! Estos niños tienen muchos puntos fuertes y hacen que todo sea más eficiente. Apúntate a su horario interno y cómprales un calendario. Ahí pueden anotar sus clases, citas, partidos, etc. Si te preguntan algo, diles que miren el calendario para que se acostumbren a llevar el control de su propia agenda. Incluso puedes apuntar "días espontáneos" para que sepan que ese día ocurrirá algo diferente. Creedme, les ayudará a disfrutar de las salidas inesperadas.

 Rachel Jones es bloguera y madre de seis niños. Dirige y escribe nourishingminimalism.com, donde apareció este artículo por primera vez. Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de The Huffington Post y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano

EL DÍA DE REYES

AQUÍ OS DEJO CON LAS FOTOS DE LA CHOCOLATADA Y LA VISITA DE LOS REYES. AL FINAL HE AÑADIDO UN ARTÍCULO SOBRE EL TEMA QUE, AUNQUE EN NUESTRO CASO AÚN QUEDA TIEMPO PARA QUE SIGA LA MAGIA PERO SI TENÉIS HIJOS MAYORES PUEDE SERVIROS DE AYUDA.



Papá, ¿existen los Reyes Magos?


¿Qué explicación les podemos dar a nuestros hijos el día que nos pregunten si existen o no Los Reyes Magos?.
Algunas veces me lo he planteado y siempre he llegado al mismo callejón sin salida: tanto si lo descubren ellos mismos como si te lo preguntan a ti directamente, la conclusión es que han estado creyendo en algo que no existe, al menos en el sentido que ellos pueden esperar, pues ni ningún rey entra en casa cada año para dejar regalos ni las cartas de deseos dadas a los mensajeros reales llegan a ninguna parte.

Pues bien, recientemente me ha llegado por mail un maravilloso cuento en el que un padre intenta explicarle a su hija este asunto cuando ella le suelta tan delicada pregunta. Me ha gustado y sorprendido tanto, que os lo presento para compartirlo con vosotros:
Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escuchar como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:
- ¿Papa?
- Sí, hija, cuéntame
- Oye, quiero… que me digas la verdad
- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido
- Es que… -titubeó Blanca
- Dime, hija, dime.
Papá, ¿existen los Reyes Magos?
El padre de Blanca se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.
- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?
La nueva pregunta de Blanca le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:
- ¿Y tú qué crees, hija?
- Yo no sé, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso…
- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero…
- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis engañado!
- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen -respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Blanca.
- Entonces no lo entiendo, papá.
- Siéntate, Blanquita, y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.
Blanca se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:
- Cuando el Niño Jesus nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:
-¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.
- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.
Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:
- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero algo así sería tan bonito…
Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:
- Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme: ¿qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?
- ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas.
Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero no podemos tener tantos pajes, no existen tantos.
- No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.
- ¡Sería fantástico!. Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.
- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños?, – preguntó Dios.
- Sí, claro, eso es fundamental, – asistieron los tres Reyes.
- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?
- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron los tres cada vez más entusiasmados.
- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?
Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:
- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño, y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.
Cuando el padre de Blanca hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:
- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.
Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:
- No sé si tendré bastante para compraros algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.
Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena tremendamente satisfechos.
PD: no sé si este cuento es anónimo o no, si alguien conoce su autor por favor ¡decídmelo!