martes, 14 de febrero de 2017

EL DIBUJO DE LA FAMILIA



 
Se entiende por test proyectivo aquel en el que la persona proyecta su personalidad, sentimientos y vivencias a través de una creación espontánea bien un dibujo, bien una interpretación sobre figuras ya dadas.
Como ya se dijo en el artículo anterior, el uso de test proyectivos está muy extendido con fines diagnósticos, siempre acompañado de otras herramientas. En concreto, en el caso de la psicología infantil suele usarse con mucha frecuencia el dibujo de la familia, cuyo punto de partida fueron los estudios de Luis Corman en 1961.
El dibujo de la familia nos puede aportar una visión muy completa de cómo el niño se integra en el entorno familiar, la posición que siente que ocupa y los lazos de apego o los celos hacia los diferentes miembros de la misma.
Cuando se interpreta un test, y especialmente uno proyectivo como el dibujo de la familia, hay que ser muy conscientes que sólo muestra las sensaciones de un niño en un momento dado de su experiencia vital y bajo los ojos de dicho niño. Sería totalmente irresponsable extraer solamente de un dibujo infantil un diagnóstico completo de la problemática individual del niño o del ambiente familiar.




Cómo interpretar el dibujo de la familia

Pasemos ahora a analizar cómo se interpreta el dibujo de la familia en un niño:

1) Proceso del dibujo

Al contrario de otro tipo de pruebas, en el test del dibujo de la familia la persona que va a evaluar debe estar presente durante todo el tiempo aunque, por supuesto, sin intervenir en ningún caso.
Las instrucciones que se le dan al niño son muy sencillas: "Dibuja una familia", si el niño pregunta si dibuja la suya o se la inventa o pide algún detalle, la respuesta siempre debe ser muy vaga: "Dibuja una familia".
A partir de ahí, y mientras el niño realiza la producción hay que observar aspectos como:
– Su grado de bloqueo: si tarda excesivo tiempo en comenzar, si empieza no por las personas sino por una casa o algún otro elemento…
– Qué personaje dibuja primero, y el orden de los personajes siguientes.
– Si hay algún personaje que le lleve más tiempo que los demás o que borre en exceso.

2) Finalización del dibujo

Una vez terminado el dibujo se le hacen al niño preguntas sobre el mismo:
– ¿Quién es cada personaje? Si se observa que algún personaje correspondiente a su familia no ha sido dibujado se le pregunta que por qué no está. Suele ser habitual por ejemplo que, por celos, no se dibuje a uno de los hermanos.
– ¿Con quién se identifica él? ¿quién es él en el dibujo?
– Se le realiza una pequeña batería de preguntas puramente emocionales: ¿quién es más feliz y por qué? ¿quién está más triste y por qué? ¿quién es más malo? ¿quién es más bueno? ¿por qué?
Con ello se pretende obtener un cuadro más completo de sus sentimientos que complemente la interpretación del propio dibujo.

3) Cómo interpretar el dibujo de la familia

Como ya se dijo anteriormente, cuando se procede a la interpretación del dibujo de la familia en niños no se atiende a la perfección estética del mismo, de hecho uno de los aspectos a considerar es la evolución psicomotriz del niño ya que en ocasiones "errores" u "omisiones" pueden deberse más a la propia inmadurez del trazado que a situaciones problemáticas.
Se analizan dos aspectos principales del dibujo:
1.- El plano gráfico.
Se atiende en el plano gráfico a varios aspectos relacionados con el propio dibujo en sí y su orientación en el plano.
En líneas generales podemos extraer la siguiente información:
– El tamaño del dibujo: normalmente un dibujo grande indica vitalidad, extroversión y generosidad; un dibujo más pequeño de lo normal sería indicativo de una inexacta valoración de sí mismo y de sentimientos de inferioridad (aunque hay que considerar si le ha dado verguenza que podamos ver su producción).
– La dirección del dibujo: si se orienta hacia la izquierda podemos hablar de un mayor distanciamiento hacia el entorno y una gran relación de dependencia del propio núcleo familiar; si se orienta hacia la derecha, suele haber más iniciativa en las relaciones sociales, más confianza y buena relación con los demás.
– La situación del dibujo en la página: un dibujo realizado muy arriba nos indica alegría y espiritualidad; un dibujo muy abajo, algo de pesimismo pero también tendendencia hacia la acción práctica; situado en el centro de la página, nos indica objetividad, autocontrol, buen sentido de reflexión.
– La forma del trazo: en niños con buena motricidad fina un dibujo en el que predominan las líneas rectas indica un predominio de la razón sobre los sentimientos y cieta dificultad en la comunicación de los afectos; un dibujo predominantemente de líneas curvas, nos habla de un niño mucho más sensible y afectivo.
– La fuerza del trazo: una presión en exceso fina o débil nos habla de un niño al que puede afectar mucho lo que los demás piensen de él; una presión firme habla de seguridad en sí mismo y en sus criterios.
2.- Plano de contenido.
Aquí se analizan aspectos variados relacionados con la interacción que presentan los diferentes personajes en el dibujo.
– Por el trabajo desarrollado: podemos observar dibujos esquematizados, que indican dinamismo, aprovechamiento del esfuezo y control de la afectividad; dibujos muy elaborados, que nos muestran a un niño con gran capacidad de concentración en la tarea, aunque algo fantasioso y divagador; dibujos incompletos, que denotan una gran inseguridad y una fuente de problemas allí donde falta alguna parte.
– Por la acción de los personajes: encontramos dibujos muy estáticos, en los que los personajes están en paralelo sin realizar actividad alguna, indica problemas afectivos; dibujos dinámicos, mucho más apropiados e indicadores de bienestar y madurez.
– Por equilibrio entre los dibujos: cuando los personajes presentan una proporción correcta en cuanto al tamaño, nos habla de que existe una armonía entre el niño y su entorno familiar; personajes desproporcionados nos dan información extra, por ejemplo es muy frecuente que los niños pequeños dibujen a su madre mucho mayor que al resto de los personajes.

4) Valoración final

Una vez que se han recogido todos los datos, hay que darles forma, estableciendo la conexión entre los datos reales que se tienen sobre la familia (nº de miembros, presencia más habitual del padre o de la madre…), lo que el niño ha contado sobre su dibujo y la interpretación del dibujo en sí.

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