domingo, 22 de enero de 2017

PSICOMOTRICIDAD

Todos los viernes tenemos nuestra sesión de psicomotricidad que elaboro en tres partes:

-la primera de puesta a punto, es decir, soltar toda la energía que llevamos al estar la primera parte de la mañana en un espacio más pequeño como es el aula y con un rato de trabajo mental y que implica más precisión (motricidad fina). Hacemos un pequeño calentamiento corriendo por el gimnasio y otros ejercicios que les sitúa en este momento de ejercicio puramente físico aunque con beneficios en otros planos como el emocional.




- la segunda parte es lo que podríamos denominar mini-yoga , por ponerle algún término pues se trata tan sólo de un pequeño acercamiento a esta disciplina que tantos beneficios aporta (como os indico posteriormente) en la que hacemos algunas posturas a modo de juego imitando animales o elementos de la naturaleza, entre otros (se trata de dos o tres posturas pues de otra forma necesitaríamos la sesión completa).



- la tercera parte de la sesión les doy a elegir entre algún juego popular como puede ser "la zapatilla por detrás" o juego libre o con alguna consigna, a veces, con materiales como pelotas y canasta, balones terapéuticos, aros...incluso mezclando con algún circuito.





El yoga es una disciplina psicofísica con la que se alcanzan condiciones de gran bienestar para el cuerpo y la mente. Las posturas del yoga se inspiran en los elementos de la naturaleza, según explican los expertos. Animales, plantas, formas, que permiten a quien las practica entrar en sintonía con el propio cuerpo y, también, como reflejo, con las manifestaciones energéticas que estas posturas recuerdan.
Los niños, más recepetivos y dúctiles que los adultos, reciben muchos beneficios a través del yoga: una musculatura, en general, y una columna vertebral, en particular, más fuertes, una postura correcta que reduce las desviaciones y el dolor de espalda, una elevación de las defensas inmunitarias y un estado de ánimo más sereno y equlibrado.
El secreto está en la respiración. El niño aprende a respirar de forma correcta y profunda, con la nariz, y no con la boca abierta; con la barriga, y no sólo con el tórax. Esta ténica mejora el funcionamiento del aparato respiratorio y calma la mente, porque cuanto más tranquila y regular es la respiración, más se aplacan los pensamientos.

Yoga para niños: de 3 a 7 años

A esta edad, el niño aprende a concentrarse en su cuerpo y a no perder su flexibilidad innata. El cerebro necesita juego y movimiento para desarrollar plenamente el intelecto. En las clases para niños de 3 a 7 años, se explican cuentos, mediante los cuales los pequeños se convierten en animales y símbolos de la naturaleza. De este modo, a través del juego, se les enseña a respirar y a relajarse.

(Además de que les chifla eso de quitarse las zapatillas y ponerse en la colchoneta ).

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