Los beneficios terapéuticos del proceso expresivo-creativo con arcilla:
Publicado el 2012/05/08 por Carolina Lanas
El barro o arcilla es uno de los materiales más primitivos y puros de cuantos se nos ofrecen para trabajar.
La mayoría de personas se sienten atraídas por esa masa en la que pueden aplicar su fuerza, moldearla, darle forma… “La arcilla implica una manera muy primaria de expresión y comunicación, ya que implica el hecho de tocar (Henley, 2002). El contacto táctil es en realidad el primer modo de comunicación que un bebé aprende (Bowlby, 1969). Es el sentido del tacto el que permite a la gente entender sus propios límites (Sunderland, 2004). El tocar, ante todo, es el principal medio no verbal de la relación de un niño con su madre. Desde el momento del nacimiento, el tacto es la forma en que se comunican sentimientos.
La arcilla es catártica por naturaleza, ya que permite al niño expresar una gran variedad de emociones; permite la liberación restringida de emociones a través de la expresión emocional, tales como golpear la arcilla (Schaffer, 2006). Cuando los niños se sienten atrapados, frustrados y abrumados por los retos de la vida, el uso de la arcilla en la terapia proporciona un lugar seguro para liberar los pensamientos y emociones, y desaprender hábitos viejos, destructivos o improductivos.
Puede ser útil, también, para liberar la tensión, frustración y la agresión (Hart, 1992, citado en Sholt y Gavron, 2006). La arcilla es moldeable y, en tres dimensiones, puede convertirse en cualquier cosa que un niño quiere que se convierta. Se puede encarnar, por ejemplo, en un monstruo que podría parecerse a un animal o una figura de fantasía, o puede que solo sea una forma tal vez simbólica. Una vez que se ha convertido en algo, puede ser permanente, o ser aplastado y revertido en una bola. De esta manera, se expresan sus emociones y pensamientos internos. Souter-Anderson (2010) afirma que la arcilla es particularmente útil cuando se exploran los sentimientos de ira. También puede actuar como una salida para evitar la acumulación de emociones y sentimientos negativos en el niño.
Para mejora el autoestima: Trabajar con la arcilla puede ser gratificante para los niños que tienen dudas sobre su creatividad. Se necesita muy poca habilidad para usar la arcilla y por lo tanto no hay posibilidad de fracaso (Henley, 2002). También, la permanencia de la creación de un niño promueve el auto-estima y cuando las piezas funcionales se producen (por ejemplo, tazas, tazones) los niños ven a sí mismos como capaces de participar en una actividad verdaderamente útil (White, citado en Schaffer, 2006).
Oaklander (1988) también habla sobre las técnicas proyectivas, como la escultura de arcilla que ella dice es muy útil para ayudar a los niños a explorar la imagen negativa de sí mismos y aumentar la auto-aceptación y autoestima.
Para el trabajo en equipo: Crear con arcilla puede ser también una actividad muy social. Cuando es apropiado, grupos de niños que presentan similares inquietudes son alentados a desarrollar en conjunto las habilidades verbales y sociales, y la confianza. Los niños necesitan intercambiar ideas y sugerencias sobre cómo hacer algo, y ser capaz de mostrar algo a otros niños puede ser muy gratificante (White, 2006). La cooperación y el intercambio de ideas en grupos promueve un sentido de identidad y un sentido de pertenencia. Sherwood (2010) dice que el uso de arcilla en los grupos es muy productiva porque se provoca discusiones acerca de los sentimientos y las relaciones.
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