En los últimos años han ido ganando peso las perspectivas inclusivas. La educación inclusiva implica que todos los niños y niñas de una determinada comunidad aprendan conjuntamente independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales. Se trata de un modelo de escuela en la cual no existen "requisitos de entrada" ni mecanismos de selección o discriminación de ningún tipo, para hacer realmente efectivos los derechos a la educación, a la igualdad de oportunidades y a la participación. El enfoque de educación inclusiva, implica, por lo tanto, modificar sustancialmente la estructura, el funcionamiento y la propuesta pedagógica de las escuelas para dar respuesta a las necesidades educativas de todos y cada uno de los niños y niñas, de forma que todos tengan éxito en su aprendizaje y participen en igualdad de condiciones.
Para conseguirlo algo fundamental es pasar de una estructura de actividad individual a una estructura cooperativa. El aula, desde este planteamiento, tiene que dejar de ser toda una serie de alumnos que sólo comparten el hecho de haber nacido en el mismo año para convertirse en una pequeña comunidad de aprendizaje. De este modo potenciamos la interacción profesorado- alumnado y entre alumnos, la combinación del trabajo individual con el trabajo en equipo, la participación equitativa y la atención a la diversidad. Para qué esto sea posible es necesario:
• Una interdependencia positiva.
• Que cada alumno/a conozca y acepte que tiene una doble responsabilidad: aprender y contribuir a que aprendan los otros compañeros/as.
• Reconocer la importancia de los factores emocionales para aprender y la necesidad de que se creen vínculos entre los alumnos.
• Velar por una buena cohesión de grupo y un buen clima de aula.
• Tener en cuenta que el aprendizaje cooperativo es en sí mismo un contenido curricular más que los alumnos deben aprender y que, por lo tanto, debemos enseñar.
Entre los diferentes ejemplos de actividades cooperativas que presenta Pere Pujolàs en su libro 9 ideas clave: El aprendizaje cooperativo podemos destacar:
• 1-2-4: Dentro de los equipos, cada alumno/a piensa cuál es la respuesta correcta a una pregunta previamente planteada por el maestro/a. A continuación se ponen de dos en dos, intercambian sus respuestas y las comentan. Finalmente todo el equipo (los cuatro miembros) tiene que decidir cuál es la respuesta más adecuada a la cuestión que se les ha planteado.
• El folio giratorio: El maestro/a asigna una tarea a los equipos (una lista de palabras, la redacción de una historia,... Un miembro del equipo empieza a escribir su aportación en una "hoja giratoria" mientras los otros miran y se fijan en cómo lo hace, lo ayudan si hace falta, lo animan... A continuación, la hoja pasa al compañero que tiene a su lado (siguiendo las agujas del reloj) para que este escriba ahora su parte en la hoja. El proceso sigue hasta que todos los miembros del equipo han participado. Cada alumno/a puede escribir su parte con un color diferente y así a simple vista se pueden ver fácilmente la aportación de cada uno.
• Lápices al centro: El maestro/a da a cada equipo una hoja con tantas preguntas o ejercicios como miembros tiene el equipo. Cada estudiante debe hacerse cargo de la respuesta de una pregunta o de la realización de un ejercicio. Se determina la orden con que se tendrán que ir trabajando las preguntas o los ejercicios. Cuando el estudiante al que le ha tocado ser el primero lee en voz alta la pregunta o el ejercicio que se le ha encargado y entre todos hablan de cómo se hace y deciden cuál es la respuesta correcta, los lápices de todos los miembros del equipo se sitúan en medio de la mesa para indicar que, en aquellos momentos, sólo se puede hablar y escuchar y no se puede escribir. Cuando todo el mundo lo tiene claro cada uno coge su lápiz y escribe o hace en su cuaderno el ejercicio que acaban de trabajar. En este momento, ya no se puede hablar, sólo se puede escribir. A continuación, se vuelven a poner los lápices en medio de la mesa y otro estudiante “dirige” la respuesta de la “su” pregunta o la realización del “su” ejercicio hasta que todos tienen muy claro la manera de resolverlo. Entonces pueden volver a coger su lápiz, y sin hablar, tienen que escribir o hacer el ejercicio correspondiente en su libreta. La actividad finaliza cuando todos han explicado su pregunta o su ejercicio y han escrito o hecho los cuatro ejercicios de la actividad.
Si queréis conocer más ejemplos de estructuras cooperativas os recomendamos consultar el libro del cual hemos extraído esta información:
Llibre
9 Ideas Clave. El aprendizaje cooperativo
Pere Pujolàs
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