“El movimiento es la puerta del aprendizaje” dice
Paul Dennison. En este artículo abordaremos a nivel general los
problemas producidos por reflejos primitivos aún retenidos en edad
escolar y ofrecemos propuestas para inhibirlos. Especialmente trataremos
el reflejo de moro.
La hiperactividad, hipo actividad, dislexia, falta de concentración,
problemas de lecto- escritura, lenguaje, miedos y agresividad, son
algunos de los síntomas que muy comúnmente están relacionados con
reflejos primitivos que no se han transformado en habilidades
posturales. En este artículo nos acercaremos a este complejo tema.
Mediante los sentidos y los movimientos rítmicos que hace el bebe de
balanceo, rotación, levantamiento de cabeza, movimientos de manos, de
ojos (se lleva la mano a la boca, coge cosas calculando distancias y
regulando la vista), gateo y por último el andar, se hacen posibles las
conexiones neuronales entre las diferentes partes del cerebro. El
cerebro aprende experimentando: es mediante el movimiento y las
experiencias sensoriales que se hacen los circuitos neuronales, que
serán la base de todo aprendizaje a lo largo de toda la vida.
Desde el nacimiento se está programando, como por así llamarlo, el
disco duro de nuestro cerebro y con esa información procesará los datos.
De ésto se deduce la gran importancia de los primeros años de vida.
Los niños que no han podido moverse debidamente en su niñez, (niños que
han estado hospitalizados, en incubadora, mucho en masicosis o carritos
etc.) pueden tener más adelante problemas de aprendizaje, además de
dificultades a nivel, emocional, psíquico, y físico.
Tiene tremendas consecuencias para el desarrollo limitar el
movimiento de los niños (se les coloca en el cochecito, sillitas)
dejándoles horas medio inmovilizados en vez de dejarlos en el suelo, o
en una manta, donde pueden moverse libremente.
La causa mas frecuente de las dificultades de aprendizaje y falta de atención es debido a la presencia de reflejos primitivos activos,
falta de desarrollo correcto de los circuitos neuronales encargados de
la vista, la audición y el desarrollo del movimiento. A su vez, la
inhibición de los reflejos y el desarrollo del movimiento en general,
depende del cultivo de los sentidos básicos, es decir,
del sistema vestibular, táctil, propioperceptivo y vital, del que tanto
hablamos en la pedagogía Waldorf, y que Jean Ayres descubrió y
revalorizó en su trabajo “La integración sensorial y en niño” (1998),
base de la llamada terapia de integración sensorial o terapia
ocupacional.
¿Qué son los reflejos primitivos?
Cuando el bebe nace posee unos reflejos que son
esenciales para la supervivencia y para su posterior desarrollo. Son
unos movimientos automáticos dirigidos desde el tronco encefálico, (la
parte más primitiva de nuestro cerebro,) no están controlados de forma
voluntaria, es decir no hay implicación cortical. Gracias a estos
reflejos el bebe puede mas adelante desarrollar los reflejos posturales,
que le permitirán erguirse ,andar, hablar, escribir, montar en
bicicleta ,coger pelotas en el aire ,atarse los cordones etc.
Estos reflejos, una vez hecha su función, deben desaparecer. Si
estos permanecen activos por problemas en el embarazo, parto, y primera
infancia, pueden producir retraso en el desarrollo motor, problemas
emocionales, problemas de atención, de concentración, hiper-actividad,
hipo-actividad, problemas con el lenguaje etc…
Al niño se le atribuye muy fácilmente el término de vago,
hiperactivo, miedoso, desordenado, agresivo. SIn embargo no existen
niños culpables de ello. Todo niño cuando nace aprende y quiere
aprender. Luego encuentra dificultades, que pueden ser del exterior o
de su estructura.De lo que se trata es de ver maneras de ayudarlos, no
de agrandar sus problemas añadiéndoles nuestra incomprensión,
sobreexigencia y regaño.
¿Qué ocurre cuando estos reflejos están todavía activos?
Estos Reflejos, cuando ya han cumplido su misión, se integran y dan
paso a la adquisición de unas determinadas habilidades. Pero hay algunos
niños –y adultos- que no han conseguido inhibir estos reflejos, por
diversas causas, y siguen manteniéndolos activos en edades en que ya no
deberían estar. Esas personas no han tenido la posibilidad de adquirir
ciertas habilidades y comienzan a fraguarse las dificultades de
aprendizaje y comportamiento.
Por ejemplo, algunos niños no sistematizan la lectura porque no
adquieren la habilidad de mover los ojos de la manera adecuada, otros no
sistematizan la escritura porque no son capaces de emplear el brazo y
la mano de la manera correcta para ello, otros serán incapaces de
permanecer sentados atendiendo en clase porque cada roce de su cuerpo
con la silla les provoca un sobresalto que son incapaces de impedir,
etc.
Se producen síntomas como:
Hipersensibilidad a la luz, a los ruidos y al tacto (no soportan que los toquen)
Problemas de equilibrio,
Miedo e inseguridad
Mareos en el coche
Mala coordinación de los brazos y piernas
Problemas para montar en bicicleta
Problemas para coger pelotas
Rigidez muscular
Dificultad para nadar
Problemas para atarse los cordones y abrocharse los botones.
Lateralidad no definida
Mala letra
Debilidad muscular (se sujetan la cabeza para escribir o estudiar)
Malas posturas, escoliosis
Problemas para sujetar el lápiz
Problemas de memoria y aprendizaje
Rudolf Steiner habla de como en en los 7 primeros años de vida, el
YO, vale decir su individualidad, su ser eterno, tiene que introducirse
en el cuerpo físico hereda y transformarlo. Tiene que hacerse con él.
Tiene que conseguir ser dueño en su propia casa, que el cuerpo esté a su
servicio para poder así realizar su misión de vida.
Un cuerpo lleno de reflejos es indicativo de un Yo que no a podido
penetrar en el cuerpo físico.Un cuerpo lleno de movimientos reflejos
involuntarios, es un cuerpo que el yo no ha conseguido transformar. La
gran pregunta es ¿El cuerpo es tu mejor aliado, el que te da sostén para
realizar lo que tú deseas y debes realizar, o el cuerpo es un
impedimento? Ayudando a los niños a superar sus reflejos les ayudamos a
fortalecer su yo, su ser, su individualidad, a no estar sometidos por
los estímulos exteriores, a tener centro propio. Un cuerpo libre de
reflejos, es un cuerpo donde donde cada músculo y articulación se puede
mover líbre y autónomamente. Esto nos da una sensación general de
libertad y autonomía en nuestra vida. Estar sometido a los reflejos y a
los estímulos nos quita libertad…
¿Como se soluciona o se reintegran estos reflejos?
Movimientos rítmicos y recapitulación de los estadios evolutivos a través de los ejercicios del ZOO
Se trata de recapitular los movimientos rítmicos que hacen los bebés de forma natural y espontánea.
Determinados movimientos rítmicos, así como movimientos cruzados y
movimientos oculares estimulan el cerebelo, el sistema vestibular
(equilibrio) y los centros del habla, aumentan el tono muscular de los
músculos extensores mejorando al postura, activando conexiones
neuronales, y teniendo por tanto efectos importantes para la lectura y
la escritura, y produciendo relajación y equilibrio emocional. Cada vez
que un reflejo se integra, hay una habilidad física, emocional y
cognitiva que se consigue.
Los ejercicios, que en pedagogía de apoyo Waldorf llamamos
“Ejercicios del ZOO”, son excelentes, porque recapitulan a través de los
diferentes tipos de animales, los estadios de desarrollo motor del
bebé. Cuando el niño está en terapia, se manda una serie específica para
unas semanas, y estos ejercicios deberán practicarse con los padres,
unos 10 minutos diarios. Sin embargo hay numerosas oportunidades para
hacer estas series (pez, serpiente, foca, lagarto, cangrejo, elefante,
león al acecho, vaca, mono…), a través de juegos, rimas y cuentos.
Durante años tuve consulta de niños con dificultades y también grupos de
teatro infantil. En ambos sitios, a través del juego, los cuentos y
las rimas, procuraba que los niños restablecieran sus patrones de
movimiento de manera lúdica. Esta es una buena manera de trabajarlos en
la escuela o el ocio, a nivel preventivo, con todos los niños, aunque
claro está, si un niño presenta un problema agudo, deberá acudir a un
especialista, sobre todo si ya es mayor de 7 años.
Un libro que habla de este tema es “Mi hijo no es un problema tiene
un problema” de Maria Docavo. Indispensable por supuesto es “reflejos,
comportamiento y aprendizaje”, de Sally Goddard.
En “Cuentos para ver, oír y sentir”, doy ejemplos de cómo trabajarlos
a través de cuentos que contengan muchos animales.Vemos que la
rima del elefante se presta para practicar el gateo simétrico (se mueven
a la vez la mano derecha y la pierna derecha), luego en la rima de la
vaca tenemos la posibilidad de trabajar el gateo de patrón cruzado.
Importante es tener en cuenta, que para que sea efectivo, deberemos
empezar con los animales más simples de la cadena, con los
invertebrados, empezando por peces. Los anfibios nos darán el siguiente
esquema de movimiento y finalmente con los mamíferos, entramos en el
último estadio. Aunque siempre de manera progresiva: girar, rodar,
reptar simétrico, reptar con cruce, gateo simétrico, gateo con cruce. Y
sin olvidar otras variantes que nos dan otros animalillos como la rana,
la liebre, el cangrejo etc. Todos movimientos divertidos y enormemente
integradores. Las rimas además ayudarán a que los movimientos sean
rítmicos, potenciando sus efectos. De hecho existe una terapia para
inhibir reflejos que se llama “Terapia del movimiento rítmico”.
También quisiera destacar, que aunque generalmente los reflejos son
por causas físicas, ya sea como resultado de un parto difícil, embarazo
con estrés o poco movimiento, incubadora y falta general de movimiento
en el primer año de vida, teniendo en cuenta que los reflejos son
respuestas de supervivencia y de protección, pueden desarrollarse
también en casos donde el ambiente anímico-emocional del entorno
produzca estrés y sensación de desprotección, reaccionando el niño de
manera defensiva, a través de un mayor desarrollo de reflejos
primitivos. Es por eso, que tan importante como la posibilidad de que el
niño se mueva en libertad y suficiente, es qué en torno al niño reine
un ambiente amoroso de cálida protección, donde sienta que puede
respirar y moverse con seguridad, un ambiente donde se sienta querido y
cuidado.
Resumamos las maneras de superar los reflejos primitivos:
Nivel preventivo:
Embarazo tranquilo emocionalmente y activo físicamente (sin excesos)
Parto, lo más natural posible.
Primeras horas de vida del bebé, sin sobresaltos. Tranquilo, con su mamá, sin tantos controles médicos.
Etapa de 0 a 2 meses, con mucho balanceo (mecer, llevar en pareo, acunar…) . Evitar masicosis.
A partir de los 2 meses, o antes, además de mecerlo, permitirle
espacios en una superficie plana, donde pueda rodar, girarse, levantar
la cabeza….
Hasta el año, cada vez permitir más espacios de movimientos libres en el suelo.
En el segundo año, más dinámica del movimiento aún.
A partir de los 3 años, es que podemos empezar muy libremente con los
juegos de animales. Recién a los 5, 6, se podrá empezar a hacer de
manera más sistematizada, aunque siempre a través del juego, sin que
tomen conciencia de su problemática.
Con niños mayores de 9 años, el juego se transforma en terapia, ya
tienen conciencia de que algo va mal en la escuela y ya les
explicaremos, que éstos ejercicios (ahora sí, bien, bien sistematizados)
le ayudará a superar sus dificultades.
En todas las edades, acompañar amorosamente al niño, que viva en un entorno “bueno y bello”.
Tampoco debemos olvidar la importancia de la alimentación, evitando
azúcares refinados y conservantes, así como un buen ritmo de sueño.
A continuación describiré un reflejo que tiene gran relación, no solo
con las dificultades de aprendizaje, sino también con el comportamiento
y la atención.
EL REFLEJO MORO
Durante el parto debería estar presente y mantenerse hasta el 2º mes,
habiéndose inhibido a más tardar en el 4º mes, transformándose en la
reacción normal del sobresalto. El disparador de este reflejo son
estímulos externos del sistema sensorial en su conjunto. La expresión en
los gestos muestra dos fases: en la primera las piernas, los brazos y
hasta las manos se apartan del cuerpo con rigidez y se abre la boca para
la inspiración. En la segunda fase todas las extremidades se flexionan
hacia el centro del cuerpo y se produce la espiración, eventualmente
acompañada por un grito. A modo de reacción fisiológica, se liberan
adrenalina y cortisona, el pulso cardíaco se acelera y asciende. La
misión de este reflejo, es el adiestramiento del sistema nervioso para
poder reaccionar frente a situaciones que ponen en peligro la vida.
También lleva la denominación de reflejo de supervivencia. Cuando este
reflejo no puede ser plenamente desarrollado dentro del debido tiempo,
existe el peligro de que no pueda ser transformado en el reflejo normal
del susto y ser integrado. Las consecuencias son hipersensibilidad
frente a todas las impresiones sensoriales, dificultades en la
concentración e incrementada necesidad de azúcar. Está en discusión, si
una primera fase del moro, mal integrada, puede conducir a la congestión
del aire, vale decir, a la predisposición al asma. Sí se sabe, que el
exceso de reacciones de defensa con subidas de la adrenalina y cortisona
producen un gran desgaste y debilitamiento del sistema inmunológico. El
sistema de defensa del cuerpo se sobrecarga defendiéndose de estímulos
sensoriales y al llegar un virus o bacteria, está bajo. Cada vez se
observan más niños que presentan un cuadro que indica las consecuencias
del no-integrado reflejo-moro. Durante las clases, el ruido atormenta a
estos “niños moro” por el hecho de que no pueden separar los ruidos
secundarios, razón por la cual no pueden escuchar con nitidez la voz del
maestro, a veces los fonemas no pueden ser escuchadas de modo
diferenciado, la memoria auditiva no se desarrolla debidamente. La
deficiente reacción de las pupilas puede producir un sobresalto frente a
la luminosidad excesiva sobre el papel blanco. Los problemas de
equilibrio conducen a reacciones desmedidas y un leve malestar. El
sentido del tacto se encuentra afectado por hipo o hiper sensibilidad.
Todas estas alteraciones conducen a un trastorno del sentido vital, de
la sensación de bienestar. Las reacciones anímicas se evidencian a
través de poca estabilidad anímica, temores, agresividad, carencia de
autoestima, necesidad de orden y de control para poder auto-protegerse.
La critica difícilmente puede ser soportada y transformada. El reflejo
moro, es el único que concierne a los cuatro sentidos básicos (tacto,
vital, equilibrio, movimiento propio) en la primera infancia. Es por ese
motivo que las personas que no pueden transformarlo prontamente llaman
la atención en su medio circundante.
Un juego que ayuda a inhibir este reflejo:
Diremos al niño:
“Estaba el bicho bola tranquilo tomando el sol (niño relajado boca
arriba), cuando, de repente, escuchó un ruido, y se hizo rápido un
bola”. (doy palmadas fuertes, y a esa señal, el niño se enrosca).
En el reflejo, ante un sobresalto, los miembros se estiran. En el
juego, ante el sobresalto, el niño debe encogerse. Además deberá
intentar acercar su cabeza a las rodillas, manteniendo el equilibrio,
con tonicidad cervical etc. ¡Excelente ejercicio! Y si rueda, no levanta
la cabeza o no se encoje, no lo corregimos, ni le llamamos la atención
diciéndole lo que ha hecho mal, simplemente lo vamos repitiendo en el
transcurso de los días, hasta que consiga hacerlo.
ABNIZANDO CUENTOS: "CAPERUCITA ROJA Y LOS COLORES"
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Bruño nos presenta una edición en pop-up de este clásico, ideal para el
primer curso de Educación infantil.
Se ha trabajado en el aula de 3 años duran...
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