jueves, 9 de enero de 2014

PARA CONTROLAR LA ENURESIS: EJERCICIOS PARA EL ESCAPE DE ORINA


Objetivo: Aumentar la capacidad funcional de la vejiga.
¿Cómo se hace? Haremos que el niño a que ingiera una mayor cantidad de líquido al día, como agua, zumos, gaseosas, etc. Cuando tenga ganas de ir al baño, le animaremos a que se contenga. Al principio, bastará con que sean unos pocos segundos, para ir aumentándolos de forma gradual y progresiva. Podemos ayudarle hablando con él, para que se distraiga, o bien planteárselo como un reto. Y, por supuesto, hay que mostrarle nuestra alegría y apoyo ante cualquier mínimo progreso, puesto que le hará sentirse respaldado.

Ejercicio 2- "Cortar el chorro"

Objetivo: Fortalecer los músculos implicados en la micción.
¿Cómo se hace? Se trata de cortar el flujo mientras el pequeño está orinando. Empezaremos haciéndolo cuando ya esté terminando, porque la presión de la vejiga es menor. Progresivamente, iremos adelantando el momento hasta que el niño sea capaz de cortar casi al empezar durante 5 segundos, y durante 2 ocasiones más antes de vaciar la vejiga por completo.

Ejercicio 3- "Cambiar la ropa mojada"

Objetivo: Adquirir responsabilidad y autonomía en la solución del problema.
¿Cómo se hace? El niño tiene que quitarse el pijama y la ropa interior húmeda, ponerse una muda limpia y cambiar las sábanas por otras secas, y trasladarlo todo al cesto de la ropa sucia. Este ejercicio sirve para que se conciencie de la enuresis y asuma que es un problema que tiene que superar.

Ejercicio 4- "Despertarse e ir hacer pis"

Objetivo: Convertir en algo automático el levantarse por la noche cuando se tengan ganas.
¿Cómo se hace? Hay que proponerle al pequeño que se eche en la cama con la luz apagada, simulando que duerme, y que se levante y se dirija al baño fingiendo que hace pis. Si lo hace unas 4 veces en la hora antes de irse a dormir el primer día, conseguirá despertarse por la noche siempre que tenga ganas, y que se dé cuenta de que la cama está mojada para acudir rápidamente al baño para terminar de hacer pis.

Aunque es recomendable que el niño se acostumbre a acudir al baño, podemos introducirle en el control de la incontinencia con un orinal, que, lógicamente, habrá que ubicar en el baño. Le daremos uno con forma divertida, por ejemplo, de animales y con colores, para que sienta atraído por acudir a él. Cuando esté sentado, podemos contarle algún cuento divertido o animarle a que él mismo se invente una.

La clave de estos ejercicios es proponérselos como un juego divertido, como una meta, y no como una obligación. Haremos que el niño se interese y se estimule para hacerlo. Si lo consigue, él mismo verá los resultados, pues cuando se levante cada mañana su cama estará seca, lo cual le reportará una gran satisfacción. Eso sí, no debemos olvidarnos de advertirle que si eso sucede es por todo el esfuerzo y trabajo que ha realizado, para que el niño se dé cuenta de que su curación no ha sido milagrosa, sino todo un esfuerzo de constancia.

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