Con especial incidencia en estas fechas en las que los niños y niñas esperan con ansia la llegada de los Reyes Magos, desde la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE) conociendo la importancia que el juego tiene en la vida del niño o niña y la repercusión en su psicología consideramos importante hacer una reflexión sobre la incidencia en el niño o niña del juego con sus padres y madres.
La importancia de las relaciones basándolas en el desarrollo infantil y su influencia en la personalidad y la socialización del niño o niña han sido objetos de estudio durante décadas. En ellos se ha destacado el papel de los padres y madres como agente socializador y representantes de la cultura y de la determinación psicológica y social de sus hijos.
Las relaciones que se establecen entre los distintos miembros que integran una familia se convierte en un sistema natural de aprendizaje de conceptos y actitudes que de forma permanente refuerza y motiva los logros infantiles.
Ya que el juego es la forma de actividad infantil y es necesario para el niño o niña, utilicemos este para favorecer su desarrollo global.
Además de una necesidad biológica y fisiológica, el juego es para el niño o niña un vehículo de expresión de emociones y sentimientos. Contribuye a su conciencia social y le ayuda a la adaptación al ambiente.
Un adulto cuando va a comprar un juguete piensa en la ilusión que el niño o niña va a vivir con el obsequio. Pero tenemos que pensar que el juego tiene que educar y formar al niño o niña y además le va a servir en su desarrollo psicológico.
Estudiando cuales son los juguetes más adecuados para cada edad, en sus primeros momentos de vida, para el niño o niña, el juguete más preciado es su madre, padre o aquella persona adulta que le dedica todo el cuidado.
El niño o niña pequeño siente una fascinación especial por su madre, cuando oye su voz, palmotea; cuando la ve recorre con sus dedos su rostro, para el niño o niña lo es todo, le da confianza, seguridad, lo coge en brazos, lo mece, está dispuesta a adaptarse a cualquier solicitud del niño o niña, se ha dicho de la madre que es un “juguete universal”.
Ya que vivimos en una época en que la mayoría de los padres y madres no tienen demasiado tiempo para sus hijos y que los niños o niñas de hoy pasan más tiempo fuera de casa que antes, la comunicación suele fallar. El juego puede servir para ampliar el campo de acción de las relaciones padres y madres-hijo. El juego une a niños y niñas con los adultos. Jugar equivale a conocerse mejor, a dialogar y crear lazos más entrañables.
Tengamos siempre presente que el mejor juguete para el niño o niña son los adultos y sus juegos. Al jugar con su hijo estimulará su iniciativa y le abrirá la puerta de su imaginación creadora. El niño recurre a la imaginación para tratar de comprender, interpretar y recrear el mundo que le rodea. Gracias a la imaginación puede inventar situaciones fantásticas mientras se divierte enriqueciendo lo que percibe de su entorno, y las experiencias que vive en él.
Es el mejor medio de conocer a un hijo y que él le conozca, es el mejor regalo que puede hacerle y a la vez será una gran forma de educar.
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