Los regalos y qué decirles sobre los Reyes Magos
Con la llegada de las fiestas navideñas, muchos padres se plantean qué hacer respecto a dos asuntos: qué les decimos a los niños sobre los Reyes Magos o Papá Noel y qué hacemos en cuanto a la cantidad y tipo de regalos que les compramos.
¿Qué les decimos de los Reyes Magos?
Por lo que se refiere a esta pregunta, muchos padres se lo plantean debido al reparo que les produce lo que ellos mismos perciben como mentir a sus hijos, ya que hay niños que, cuando se enteran de la verdad, se sienten engañados por sus padres. Por otro lado, está la magia, la ilusión, que tampoco quieren arrebatar a sus hijos. Ante esta situación, creo que la clave está en no intervenir.
Ni mentir ni negar, sino permitir que sean ellos mismos los que elijan lo que desean creer.
En nuestra casa no decimos que ha venido Papá Noel, aunque hacemos regalos, y, en vez de eso, decimos que son los regalos de Navidad. Pero como vivimos en una sociedad en la que, al final, lo escuchan por todas partes, basta con preguntarles
qué creen ellos cuando nos pregunten. Si aun así preguntan por lo que creemos los padres, se les puede contestar con honestidad desde lo que uno cree (porque es diferente hablar desde el "yo creo" que desde el "esto es así") o, si se quiere mantener ese misterio pero sin mentir, se les puede decir que creemos que
a lo mejor existen en el mundo de la fantasía (como nos dice Yolanda González Vara en su fantástico libro Amar sin miedo a malcriar). Al fin y al cabo, es su mundo, cuando son pequeños.
Creo que
los niños son quienes deben encontrar su camino y sus creencias en todo lo posible. Si buscamos que así sea en otros muchos aspectos, ¿por qué éste iba a ser diferente? Lo mejor sería que ellos generasen su propia respuesta y esa misma respuesta fuese cambiando con el tiempo (o no), según maduren. Lo ideal sería que no fuéramos nosotros los que marcásemos esa pauta. De este modo, ni les mentimos, ni les quitamos la oportunidad de vivir esa magia, si lo desean, y, además, promovemos el pensamiento crítico.
¿Cuántos regalos y de qué tipo?En cuanto a la segunda cuestión, la cantidad y tipo de juguetes a regalar, lo ideal es
que la cantidad no sea muy elevada y que los juguetes fomenten la imaginación. Vivimos en una sociedad consumista en la que el amor se sustituye, en ocasiones, por objetos. Los niños necesitan el amor y la presencia de sus padres, no montañas de juguetes. Los juguetes muy elaborados, pese a que, en un principio, les llamen la atención, no permiten que el niño desarrolle el juego como tal, de la mano de la imaginación, puesto que ese juguete es una sola cosa. Por ejemplo, un simple palo puede ser infinidad de cosas, incluso un caballo. En cambio, un caballo de juguete sólo es eso, un caballo. No podemos perder de vista que el
juego tiene un sentido,
descubrir el mundo. Vetar la imaginación es vetar su aprendizaje y su desarrollo.
En el caso de que nos estemos planteando regalar un animal, hemos de ir con mayor cautela. En primer lugar, siempre hay que considerar
adoptar antes que comprar (no sólo es lo correcto éticamente, sino que el niño aprenderá de ello). A continuación, no debemos perder de vista la
responsabilidad que entraña tener una mascota. Una adopción es de por vida y nos hemos de plantear si podemos hacerlo o no (en caso negativo, es mejor ni adoptar ni comprar). Si decidimos regalar un animal a otro familiar u amigo, nos debemos asegurar de que esa persona está informada previamente, con el fin de evitar abandonos posteriores.
Laura Perales Bermejo
Psicóloga infantil. Orientación reichiana, humanista, teoría del apego.
Colegiada M-26747